Sueños
Nuestra naturaleza soñadora
La función de los sueños ha cambiado mucho a lo largo de la historia de la humanidad. El sueño se consideraba un misterio oracular, capaz de revelar información sobre el mundo exterior y el paisaje arquetípico interior. Desde los principios de la humanidad (o al menos desde que se tiene registro), la experiencia humana se ha ocupado de los sueños como una dimensión importante de la vida. Hay muchos registros de sueños proféticos y premonitorios en civilizaciones antiguas, como Mesopotamia, Grecia, Roma y Egipto. Monarcas y faraones llegaron a tomar decisiones políticas motivadas por los mensajes cifrados de sus sueños. A lo largo de la historia, los sueños han servido de fuente de inspiración para artistas, inventores y científiques: el químico Dmitri Mendeléyev recibió en un sueño la disposición de los elementos en la tabla periódica. Maestres de todos los linajes espirituales también fueron guiades por sus sueños. Incluso hoy en día, los amerindios y los pueblos originarios de diversas tradiciones guían sus vidas basándose en la información que les llega del mundo onírico, a menudo a través de les ancestres y guías espirituales.
Les antigues veían en los sueños una ventana al futuro. Tras el desarrollo del psicoanálisis, los sueños pasaron a entenderse como una reorganización de los acontecimientos vividos en el pasado. Más recientemente, con el desarrollo de la resonancia magnética y el mayor aislamiento entre áreas de conocimiento compartimentadas, los sueños pasan a ser vistos como algo trivial, carente de toda función práctica. Pero, según el neurocientífico Sidarta Ribeiro, los sueños son mucho más que el paso de la actividad eléctrica por las neuronas. Sidarta explica que los sueños son un simulador de realidades posibles, una especie de oráculo probabilístico en el que el cerebro procesa innumerables posibilidades de futuro a partir de la reactivación de recuerdos. En otras palabras, quien sueña accede, a nivel inconsciente, a las posibles consecuencias de sus propios actos. Los sueños nos aportan información sobre la realidad que normalmente no está disponible para la mente consciente, son una fuente de nuevas ideas sobre cómo vivir la vida. Por eso es tan importante prestar atención y mejorar nuestra capacidad de recordar los sueños. Las surrealidades que creamos al soñar nos enseñan a visualizar otras realidades posibles. Más allá de las visiones del futuro o de la interpretación de acontecimientos pasados, el sueño contribuye a nuestras acciones en el presente. Nuestra desconexión del mundo onírico puede estar en el centro de nuestra inconsecuencia como humanidad. Quizá sea precisamente nuestra dificultad para imaginar otra realidad posible lo que nos mantiene atados a un modelo de crecimiento y desarrollo que destruye el planeta y a nosotros mismos.
Una carta de nuestra casa
La Dra. Clarissa Pinkola Estés dice que los sueños son una carta escrita y enviada desde el lugar profundo de nuestra psique, que es nuestro verdadero hogar. Esta "carta" revela lo que aún no somos capaces de percibir conscientemente sobre nosotres mismes, nuestra vida y nuestro estado psíquico actual. Los sueños nos salvan de nuestra ceguera, de nuestra incapacidad para percibir las cosas importantes. La historia que cuentan los sueños no es evidente para nosotres durante el día, sino que se desvela durante el sueño, mientras soñamos. Los sueños pueden aportar percepciones útiles a nuestra vida. Según la Dra. Estés, un sueño puede, por ejemplo, aportar pistas codificadas que apuntan a una enfermedad antes incluso de ser diagnosticada o revelar las intenciones y sentimientos de una persona (o los nuestros).
Una posible forma de interpretar los mensajes de un sueño es empezar por captar la idea general de lo que está ocurriendo en el sueño y, a continuación, mirar a tu propia vida y hacerte la pregunta: "¿En qué lugar de mi vida está ocurriendo esto?" La idea general de lo que ocurre en el sueño puede ser tan simple o tan compleja como tenga sentido para ti en ese momento. Algunos ejemplos comunes: recibir un regalo, ser robade, encontrar algo escondido, sobrevolar una situación, perder algo, darse cuenta de que se está perdide y es vulnerable, ser agarrade desprevenide, ser perseguide, encontrar un tesoro, parir, etc. A partir de este cuestionamiento, buscamos en nuestra propia vida paralelos subjetivos o simbólicos. "¿Qué puedo estar pariendo ahora?". "¿En qué sentido podría estar siendo perseguide?". "¿Qué, en mi vida, podría simbolizar este elemento?".
Según la Dra. Estés, los sueños recurrentes o similares indican mensajes importantes que ignoramos o aún no comprendemos. En estos casos, el mensaje vuelve en sueños similares hasta que se recibe y se abre la "carta".
Estudio de los sueños
Aunque algunas personas creen que no sueñan, lo cierto es que todos soñamos entre 4 y 5 sueños por noche. Los sueños se producen durante la fase de sueño conocida como REM, una fase marcada por una alta activación cerebral, que reverbera los recuerdos con gran intensidad, en contraste con el sueño de ondas lentas, marcado por una baja actividad eléctrica en el cerebro. Todas las personas alternan entre estas fases del sueño, lo que varía es que algunas personas recuerdan sus sueños y otras no. Nuestra capacidad biológica de soñar y recordar los sueños se debe en gran medida a una hormona llamada noradrenalina, que es la responsable de crear recuerdos y estimular la actividad del cuerpo y la mente. La noradrenalina está presente en el cerebro en niveles muy bajos durante el sueño REM, y poco después de despertarnos, los niveles de esta hormona en el cerebro comienzan a aumentar. Debido a este aumento, los primeros momentos después de despertarse son los más importantes para recordar los sueños. Otros factores que pueden influir en nuestra capacidad para recordar nuestros sueños son el uso de ciertos medicamentos, los despertadores y el ritmo de trabajo, que no siempre nos permite reservar un tiempo antes de levantarnos para registrar lo que soñamos durante la noche.
Antes de ir a dormir
Si es posible, cambia las luces blancas por las amarillas y activa la opción de amarilleo en las pantallas que utilizas por la noche para que la glándula pineal produzca melatonina. Intenta reducir los estímulos y apagar los dispositivos electrónicos al menos una hora antes de acostarte. Deja el teléfono celular fuera del dormitorio y prefiere un despertador suave que te despierte poco a poco. Cuando te acuestes en la cama, declara firmemente tu intención de soñar: "Voy a dormir profundamente, voy a soñar, voy a despertarme de buen humor, voy a recordar lo que he soñado y voy a registrar mis sueños".
Al despertar
Nos despertamos con sólo un pequeño rastro de memoria del sueño que teníamos. Quédate quiete en la cama durante un rato más, con tu atención centrada en recordar tus sueños. En lugar de levantarte rápidamente para, por ejemplo, consultar los mensajes del móvil, aprovecha el aumento de los niveles de noradrenalina en el cerebro justo después de despertarte para centrarte en recordar lo que
estabas soñando antes de despertarte. Si estás en la cama y piensas en tus sueños cuando la noradrenalina llega, podrás retener más detalles.
Registro
Mientras estés en la cama, anota las primeras imágenes, sentimientos o detalles del sueño que recuerdes, aunque te parezcan irrelevantes o sin sentido. Puedes escribir primero el sueño en palabras clave y luego describirlo con detalle. Por último, ponle un título al sueño (el primero que se te ocurra, por ejemplo "el sueño de la araña"). Ponerle nombre al sueño te será útil para identificar su idea central y para encontrarla fácilmente cuando lo releas. Relatar tus sueños, en un diario o a una persona, es la clave para aumentar tus posibilidades de recordarlos en el futuro.
Leer sueños antiguos
Cuando observas un sueño antiguo y sitúas los acontecimientos del sueño en relación con lo que estaba ocurriendo en ese momento, estás aprendiendo el lenguaje de tu propia mente inconsciente. A menudo no podemos descifrar nuestros sueños de inmediato, pero si los observamos en retrospectiva, podemos entender sus mensajes con mayor claridad. Lee tus sueños pasados para aprender a interpretar mejor tus sueños futuros.
Texto: Mandala Lunar y Mariana Bandarra
Referencias:
ESTÉS, Clarissa Pinkola. The Beginner’s Guide to Dream Interpretation: Uncover the Hidden Riches of Your Dreams – Audio, 2003.
RIBEIRO, Sidarta. O Oráculo da Noite. São Paulo: Companhia das Letras, 2019.
RIBEIRO, Sidarta. Sonhos, ciência e consciência. Entrevistado por Bruno Torturra. Podcast do Estúdio Fluxo, São Paulo, 2019.